jueves, 3 de agosto de 2017

EL ANCHO DE LOS CARRILES SÍ IMPORTA

CARRILES Y BANQUETAS
Susana Bianconi                                        Publicado en CAMBIO del Estado de México·146, julio 2017


En Toluca, nuestra capital, el ancho de los carriles vehiculares es inconstante.  Se hacen grandotes, se hacen chiquitos, pero por lo general suelen ser excesivamente anchos lo que provoca que entre uno y otro se filtre un tercer auto o una motocicleta. O bien, el espacio, al ser tan generoso,  no delimita y la sensación de incertidumbre nos hace zigzaguear.
Por el contrario las banquetas, ésas sí con constantes, constantemente angostas. Banquetas nada invitantes a ser recorridas, debido principalmente a la carencia de arbolado urbano, debido al paso rápido de los autos junto al peatón y también debido a la primitiva nueva norma (o moda) de  estacionar los autos de punta frente a la fachada, pasando por encima de las banquetas.
En suma, Toluca no se incorpora aún a la era post-imperio del automóvil. Desde Europa y lentamente, fluye una corriente que intenta recuperar las ciudades para hacerlas amigables con los peatones. Este propósito es fácil de alcanzar cuando se dibujan los carriles vehiculares de un ancho constante: 3.05 metros para el carril de circulación y 2.40 metros para los carriles de estacionamiento, con los autos estacionados en forma paralela (no transversal) a la guarnición.
Trazando nuevamente las líneas divisorias se pueden obtener uno de dos resultados: se logran meter más carriles en el mismo espacio actual o se logran banquetas más anchas con franjas verdes y arboladas. La primera opción tendrá como consecuencia que haya más carriles vehiculares pero donde los vehículos circulen  más despacio porque el espacio se les habrá estrechado. La segunda opción mantendrá el mismo número de carriles, hará que por ellos se circule más lentamente y además logrará brindar banquetas generosas y arboladas.



Estas adecuaciones viales son poco costosas, no implican obra pesada, ni afectan la circulación. Se vienen realizando en diversas ciudades para promover la caminata, como manera sustentable de movilidad, para hacer ejercicio cotidiano y como espacio socializante. Brindan seguridad al peatón y le acortan las distancias en el cruce de las esquinas.
En la foto invernal tomada en La Plata observamos lo dicho anteriormente. En la ciudad La Plata, diseñada en 1880, se camina porque sus aceras son amplias y sus esquinas son ahora son más fáciles de cruzar a pie. Conviven en las calles los autos estacionados, con los autos en circulación y con los peatones seguros.
Recuperar las ciudades para los ciudadanos es la tarea de los urbanistas contemporáneos. Al auto lo usaremos para salir de la ciudad, no para andar en ella. El futuro sustentable tiene mucho de pasado menospreciado. Toluca puede volver a ser bella con la arborización de sus calles, con la desaparición de los carteles espectaculares y con el aumento del espacio peatonal. La receta funciona y la belleza regresa por añadidura.
Pero la puerta de acceso a la ciudad de Toluca desde la Ciudad de México no debe perder los atributos de los que goza. Esa magnífica bienvenida que nos brinda el Paseo Tollocan debe preservarse como marca de identidad y autoestima.