jueves, 19 de noviembre de 2015

ALINEAMIENTO URBANO

SOMOS FEDERALES
Susana Bianconi                                        
Publicado en CAMBIO del Edomex #125, Octubre 2015

Hubo una vez en que Metepec fue un municipio agrícola con numerosas haciendas productoras de granos. En los 70s se crearon algunos fraccionamientos e infraestructura educativa y así empezó la sostenida expansión urbana del municipio. Cuando se fraccionó la tierra del Rancho La Virgen,  se convino en que el pago de la licencia se efectuase en especie, es decir con terrenos. Corre el año 1974. Así, parte del gran fraccionamiento fue cedido al Estado y éste a su vez lo entregó a la SEP para fundar el Instituto Tecnológico Regional de Toluca.
Entonces el paisaje era rural y la vía de comunicación desde el joven y espectacular Paseo Tollocan era una angosta carretera que conducía al acceso tanto del Tecnológico como del fraccionamiento y años más tarde hasta la radio y la televisión mexiquenses.  El alineamiento sobre avenida Tecnológico fue también el mismo por algunos años hasta que en los 80s el Ing. Cruz, director entonces del Tec, decidió sustituir la malla perimetral por una barda y lo hizo dos metros y medio hacia la calle, sobre la línea de la guarnición, anexando para el interior del Instituto el área de la banqueta. Es fácil detectar la falta (o el delito) en el trazo de la calle, como se aprecia en la foto.

Estos 1,045 m2 de vía pública enajenados por el Tecnológico, han repercutido en el trazo de la ampliación de la Avenida Tecnológico. En 2009, la Junta de Caminos fue incapaz de hacer retroceder ese falso alineamiento y en cambio sacrificó el camellón arbolado. La vía se volvió más rápida y más insegura y por añadidura, más fea. Los estudiantes ya no pueden cruzar en dos tiempos y siguen careciendo de una bahía de ascenso y descenso.
Cuando visité a las autoridades del Tecnológico para sugerirles  lo fácil, práctico y económico que sería hacer una bahía donde los autobuses y taxis pudieran subir y bajar pasaje, la respuesta que obtuve me dejó atónita: “Nosotros somos federales y aquí nadie se mete”… (era obvio que aludían a mi osadía, pero también se mi hizo ver que ni la Junta de Caminos del Estado ni el Ayuntamiento tenían nada que opinar sobre la usurpación del espacio público que se hiciera desde los 80s).
La barda fue mal construida, está peligrosamente desplomada y ostenta leyendas oficiales como si de un comercio se tratara. Sabemos que la institución es federal, pero está enclavada en el territorio municipal de Metepec y está invadiendo la vía pública, poniendo en peligro la vida de sus estudiantes y echando a perder la imagen urbana. Los “federales” no tienen por qué tener fueros para transgredir el alineamiento, por el contrario, deben predicar con el ejemplo y ocuparse de resolver con inteligencia y buena ejecución los cruces peatonales a nivel que se merece su comunidad.
Recuperar el alineamiento original dará espacio a amplias banquetas con paradas de autobuses bien diseñadas, en bahías que no atoren el tráfico de la Avenida Tecnológico. Es un tema pendiente que esperemos ataquen tanto las autoridades municipales entrantes como la dirección “federal” del Instituto Tecnológico.


jueves, 5 de noviembre de 2015

TRACTOURBANISMO

VUELTA A LA EDAD MEDIA
Susana Bianconi 
30 octubre 2015                                                                                                    Alfa Diario


Los fosos con cocodrilos eran el sistema de defensa de los castillos feudales. Impedían a los asaltantes trepar por las paredes y mantenían a los señores feudales seguros dentro de su encierro. 
Hoy hemos caído en la misma práctica medieval: el foso son los túneles que doblan debajo de Avenida Constituyentes y los cocodrilos son los autos que circulan y se atascan. Llegan los delincuentes y asaltan a los cocodrilos que no pueden huir ni defenderse; entonces la autoridad cuelga una canasta desde la cima del foso y suspendido a media altura coloca a un policía de tránsito para vigilar. Cuando la ocasión lo amerita, el condenado (que no caballero andante) entra en acción: se deja caer cogido de una reata canasta abajo. Una vez en el fondo del foso, procede a correr tras los asaltantes esquivando cocodrilos.
A eso hemos llegado con la monumental construcción de ductos viales, hemos reducido al policía a una indecorosa tortura medieval. Hemos deshumanizado el espacio público hasta hacerlo tan hostil que crea monstruos que asaltan cocodrilos. Todo porque el metro ha dejado de expandirse, todo porque los tranvías no están de moda, todo porque tener auto propio sigue siendo la panacea para las generaciones pasadas y también para los juniors contemporáneos.
Y continúa la construcción de vías rápidas por dentro de las ciudades, con anchos carriles a los que luego se les tachonan tortugas amarillas para disminuir la velocidad. La esquizofrenia es algo parecido a esto. Por ejemplo, hacemos vías rápidas como Las Torres y luego  le colocamos  topes para que no sea rápida, o para que debas disminuir y te embistan los que desconocen estas estrategias contradictorias.
Ser vigía del foso es una tarea triste y peligrosa, los cruceros de nuestras vías rápidas tienen áreas muertas que bien podrían estar empastadas y que harían más fácil la lectura de las circulaciones. También servirían para los peatones, los que no pueden ni deben cruzar muchos carriles sin una isla en la que recobrar el aliento. Triángulos que a lo sumo están pintados sobre el pavimento deberían ser como  almohadillas donde hacer base con pasto suave y con un árbol al medio mejor. Pero el espectáculo de los peatones toreando cocodrilos es parte de la vida cotidiana de este tractourbanismo que sufrimos.
Tractocamiones son la medida de todas las cosas en esta ciudad de Toluca ya conurbada a la Ciudad de México. Los tractocamiones son los dragones medievales que asuelan ahora a todas las damiselas y damiselos contemporáneos. La obra pública se hace en base al libro de medidas del tractocamión. Debemos cuidar que la canasta del foso libre la espina dorsal de estos dragones de 75 toneladas. Debemos elevar los puentes levadizos peatonales para que el espectáculo continúe: por debajo corren los dragones y los cocodrilos desbocados y por arriba, resoplando, los siervos de la gleba intentan subir los puentes levadizos hasta que, cansados, se atreven a cruzar por el foso peligroso y entonces, como condenados del inframundo dan el espectáculo esperado a riesgo de sus vidas desechables.
Requerimos un San Jorge que mate al dragón y que pase su mercancía a varios vehículos más pequeños. Requerimos que los cocodrilos no tengan más derechos que la plebe. Requerimos conquistar un futuro de escala humana. Requerimos vivir y trabajar a distancia caminable. Requerimos que el rey de este cuento escuche otras voces además de la de OHL. El rey y su cohorte no torean dragones porque usan alfombras voladoras de lujo. Ellos no se mezclan con la plebe, tienen princesas que desprecian a los transeúntes y se creen envidiadas. Se ven bonitas en el espejo del castillo medieval. Parásitos y bufones merodean con contratos carreteros en mano, con obras chapuceras y costosas. Los ministros regalan televisores con los que se puede ver lo bien que se vive volando en alfombra privada.
No es ironía, es la cruda realidad del tractourbanismo del siglo XXI en todo México. Así como la SEDESOL nos receta el mismo modelo de comedor popular ejecutado con block y losa de concreto armado, así la SCT nos receta el mismo modelo de puente carretero elevado. En el caso de los comedores, no les importa si la comunidad tiene arquitectura de tierra  ni  valores tradicionales como columnatas de madera; no, el modelo de comedor para pobres  se reparte a todos los súbditos igual, desde Chihuahua hasta Yucatán. Lo mismo ocurre con la misma solución urbana de pasar un puente encima de cualquier crucero que se deje, sin importar su pertinencia, sin poner mientes en la partición urbana irreversible que provocan, sin ver otras alternativas a ras de suelo, sin conectar las pequeñas arterias que solucionarían con 2 pesos el mentado crucero atascado.
Mucho dinero se va en obras y nada en proyectos alternativos. No se paga la idea, no se hacen concursos de proyectos. No se invita a la población a opinar, por el contrario, la receta se impone como en la época feudal. Súbase a la canasta y no chiste. Ya chole con los inventos del futuro como la bicicleta, faltaba más.





miércoles, 4 de noviembre de 2015

VALLE DE BRAVO

CARACTERÍSTICAS GENERALES  DE LA ARQUITECTURA VALLESANA
Textos y fotos: Susana Bianconi
2008

ALTURA DE LOS PARAMENTOS

La arquitectura tradicional vallesana es de techos altos, los muros gruesos llegan a medir hasta 7 metros de altura para un solo piso. Esto es apreciable en la entrada de carretas de la casa del Centro Cultural Joaquín  Arcadio Pagaza. En algunas  colindancias se aprecia la altura de los parteaguas que alcanzan los  9 metros como en la casona del restaurante/hotel Batucada, sobre la calle Bocanegra.
                                   

El antiguo molino que alberga ahora en su planta baja al banco Santander, tiene tres niveles y culmina en un elegante fronton a dos aguas con óculo, a una altura 14 metros sobre la banqueta. Este inmueble lleva muchos años sin techo y su estado se deteriora. Se obtiene una buena vista de su condición desde la azotea del antiguo Palacio Municipal.

VANOS
Los vanos tanto de la arquitectura vernácula como  de la arquitectura académica de Valle de Bravo son siempre verticales, más altos que anchos. La proporción es aproximadamente de 1 a 2 o bien de 1 a 2,5. Son proporciones cuasi humanas y permiten ver desde el interior todos los estratos paisajísticos, desde el suelo hasta el cielo.
                                  

Estos vanos quedan cerrados en su parte superior por cuatro o seis maderos, según sea el ancho del muro. Algunos que dan a fachada llevan un “lujo” de dovelas de piedra con ligeros arcos escarzanos.

TECHOS / ALEROS/ ESTRUCTURA
                             

Las estructuras de las edificaciones en Valle de Bravo trabajan a la compresión en sus recios muros de adobe y a la flexión en sus techumbres. Éstas están diseñadas de manera tal que amarran los muros con tirantes horizontales, los que van colocados sobre un “arrastre” de madera. Esta  forma tradicional de colocar las vigas tiene en Valle la curiosa característica de soportar el techado a dos aguas encima. Esta techumbre tiene generosos aleros que cubren las banquetas.
Es este entramado de maderas lo que da a Valle de Bravo su característico perfil.

MATERIALES
De madera son los tejados (vigas y tejamanil) y de adobe los muros. La tierra es colorada. De piedra son las calles y las banquetas. De hierro forjado son los balcones, de barro los suelos de las galerías en torno a los patios. De barro son también las macetas donde crecen los helechos y las tejas que cubren las techumbres.

COLORES
Valle de Bravo es verde, blanco y rojo como la bandera. Verdes sus frondas, blancos sus muros, rojos sus techos.

PATIOS

                       
Los patios al centro de las casonas son característicos de la arquitectura vernácula vallesana. En ellos se desarrollan muchas actividades domésticas y se cuidan y reproducen las plantas.

PORTALES Y  BALCONES
Las casonas del poniente de plaza, donde se ubica el restaurante “La Cueva del León”. Se trata de tres inmuebles de dos niveles cada uno que tienen en común galerías en la planta baja y balcones corridos en la planta alta. Las galerías o portales desplantan alzados del nivel de la calle, a más de un metro y los balcones miran hacia la plaza.
                                

Frente a estas características propiedades se yergue un fresno centenario de grandes proporciones.
                            

La panadería que encontramos en contra-esquina del Mercado Municipal, es otro ejemplo similar a la Cueva del León, es decir, columnas de madera en el portal de planta baja y balcón corrido en planta alta en esquina ochavada.

                        

La casona que alberga al hotel/restaurante “La Batucada” es la más fina obra de este tipo con que cuenta Valle de Bravo. Desplanta sabiamente desde una banqueta alzada varios escalones del nivel de la calle, el suelo de estos portales de barro cocido marcado por el paso del tiempo. Sus columnas son de madera octogonal y su alero es generoso y bien  trabajado. La fachada acompaña al quiebre que hace la calle Bocanegra y este detalle le añade encanto y presencia al inmueble

EMPEDRADOS

VACÍOS (proporciones de las calles)
Las calles céntricas vallesanas son más altas que anchas. Tienen más altura sus muros coronados de techos de teja, que ancho sus fachadas encontradas. El sol juega entonces desde lo alto y proyecta claroscuros haciendo resaltar las texturas de los inmuebles.
                                      



RECORRIDOS

Valle de Bravo es una ciudad caminable, se disfruta a pie. Los comercios abren sus puertas a la calle, los turistas deambulan y alcanzan a entrever los patios centrales de intemporales casonas llenos de flores.
El lago alcanza a verse en algunas bocacalles y por supuesto, a lo largo de la costera. Esta última avenida serpentea cerca de la orilla y nos conduce al los embarcaderos.
La experiencia de subir y bajar andando las calles y callejones de Valle de Bravo es una experiencia vital, tonificante. El visitante alza la vista y goza de los aleros característicos y de la rica unidad del conjunto. Esta unidad sin monotonía la dan los altos muros blancos con guardapolvos rojos, los empedrados, los aleros, las ventanas enrejadas, los portones altos y las perspectivas ondulantes.

EDIFICIOS CONTEMPORÁNEOS


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Algunos de los mejores despachos de arquitectura del país han construido en Valle de Bravo buenas obras, alineándose con las más antiguas, respetando la imagen urbana característica del sitio. Cualquier arquitecto que visite Valle de Bravo, aprenderá de él, detectará de inmediato las épocas constructivas y los estilos. Porque a la arquitectura vernácula se le suman en Valle el Art Nouveau  de la cantera de principios del siglo XX y luego el Decó de algunos balcones y portales. Actualmente el acero ha hecho su aparición discreta y adecuada
Sin embargo se debe lamentar la construcción de algunas obras mediocres, que como defectos aparecen de pronto agrediendo la armonía del conjunto.

EDIFICIOS VALIOSOS
Los edificios más importantes de Valle de Bravo son:
La casa del Centro Cultural Joaquín Arcadio Pagaza. Está en buen estado de conservación gracias al uso que tiene asignado, sin embargo algunas grietas deben ser tomadas con seriedad y analizadas por expertos en patologías de edificios. Sobresalen un par de guayabos en el patio grande.

La fachada de la librería “Arawi” de cantera rosa es un exquisito edificio nouveaux, construido a la usanza del fin de siglo XIX, con delgadas columnas metálicas en su interior y altos techos de madera acomodada en cuadros entretejidos. La escala de la puerta principal es propia de su época, alta y elegante. A diferencia de las construcciones vernáculas, esta obra del porfiriato tiene su techo de tejas con pendiente sólo al patio interior. Desde la calle se aprecia una elaborada cornisa que remata el inmueble con decisión.
El Antiguo Palacio Municipal es una gran obra del porfiriato que merece mejor suerte de la que tiene. Se trata de un edificio de adobe, académico, de finas proporciones y con un par de empinadas escaleras compensadas en la fachada de la calle Porfirio  Díaz. Aún se encuentra funcionando en él la cárcel municipal y varias dependencias edilicias, pero las intervenciones que se le han hecho no han sido afortunadas y tienden a deteriorar más el conjunto. Es urgente que se realice un trabajo profesional de restauración del inmueble y se lo libere de los añadidos de concreto armado que soporta.
El templo de Santa María es un monumento eclesiástico de valor arquitectónico, sobre todo, en su capilla anexa que conserva un techo artesonado de madera a la usanza de los alfarjes del siglo XVI. La silueta de este templo de doble campanario puede apreciarse desde muchos puntos de la ciudad y adquiere diferentes tonalidades según lo bañe la luz del sol.
Junto a la Iglesia del centro y frente a la nueva Presidencia Municipal se encuentra una torre campanario del siglo XVIII de valor histórico y plástico, uno de los rincones apreciables del centro de Valle de Bravo.

BANQUETAS
Las banquetas son angostas, de piedra laja y techadas, las más de las veces por aleros y las menos por portales. Son frecuentes los escalones que resuelven los desniveles y que confieren al centro su fisonomía ondulante.
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En algunos cruceros se puede aún observar las coladeras de agua de lluvia a base de piedras colocadas de canto en paralelo y que permiten la infiltración del agua




EL PAISAJE VALLESANO

Susana Bianconi
2011

Introducción


El paraíso terrenal vallesano es una obra maestra tanto de la naturaleza como del hombre. El paisaje de Valle de Bravo se compone de una geografía privilegiada, de un lago artificial y de un pueblo elegante.
Este es un pueblo mágico y tiene por lo tanto muchas peculiaridades como que en él se siente frío en verano y calor en invierno. Que nunca deja de haber flores, los follajes caen y renacen a un mismo tiempo; las mariposas llegan en noviembre, las golondrinas en marzo y la gente habla una lengua antigua: la mazahua.

Antes de la Laguna

Antes de la inundación del valle con la presa, el pueblo de Valle de Bravo miraba hacia abajo sus tierras aradas. Cuando el agua las fue cubriendo, hubo desolación entre los campesinos, hubo éxodo de hombres jóvenes  y hubo muchas monjas para los conventos. Eso fue hace mucho, alrededor de 1950.

 Curiosidades paisajísticas

Valle de Bravo se ubica en lugar privilegiado. Pertenece tanto al inicio de la zona ecológica de selva tropical seca como a la de bosque de coníferas y encinos. La cota 1,830 m.s.n.m. del nivel del agua del lago es la que marca la diferencia: hacia abajo el calor y hacia arriba el fresco de los bosques.
Para llegar a Valle de Bravo en invierno hay que pasar por entre las mariposas Monarcas, el santuario de Piedra Herrada en Temascaltepec, se convierte en una guirnalda de vivos tonos naranjas que danzan por el camino. La gente sonríe y el espectáculo le hace el día hasta al más triste paisano.


 Los climas vallesanos.

La ladera norte, donde se desarrolla el conjunto residencial de Avándaro es fría y húmeda. La ladera sur de La Peña, donde las propiedades se aferran al risco con audacia, es caliente y seca. La ciudad de Valle de Bravo, que está entre ambos desarrollos goza de un clima templado y de una arquitectura peculiar con grandes aleros que sobresalen hasta el filo de las banquetas.

Especies nativas

La Peña es la cuna del maguey blanco (agave) Carece de espinas y se caracteriza por crecer en forma ladeada en taludes y riscos.

                                          maguey blanco 



                                          flor de colorín

El colorín (Eritrina americana) da nombre al poblado cercano de Colorines e indudablemente es un árbol local, sabiamente usado como controlador de plagas en las huertas, ya que es atacado por los insectos y protege así a las legumbres.
Los encinares que rodean el valle se componen principalmente de encino roble (Quercus rugosa) y pintan los cerros con un agradable tinte rosado cuando les salen sus renuevos. El sotobosque de los encinares es rico en hongos, helechos y en flores silvestres, todo un mundo vegetal que se puede gozar caminando a campo traviesa..


Los fresnos (Fraxinius Udhei) son otra regia especie local. Para ejemplo tenemos junto a la plaza central de Valle uno de excepcional porte. Hubo cuatro semejantes según se aprecia en las antiguas fotos de la ciudad.
En las laderas húmedas que bajan al valle, generalmente las que miran al norte, encontramos abetos (Abbies religiosa)que son los que conocemos como oyameles y ailes (Alnus firmifolia). En laderas mas secas, que reciben más sol encontramos pinos reales conocidos en nahuatl como ocotes (Pinus montezumae).
De los frutales locales debe mencionarse en primer lugar el guayabo, por tener un tronco particularmente escultórico. Un par de ejemplares se encuentran en un exquisito patio del Centro Cultural casa Joaquín Arcadio Pagaza en el centro de Valle de Bravo. Chirimoyas (guanábanas), capulines (Prunus capulli) y aguacates se dan con prodigalidad al igual que las zarzamoras.

El sabino o ahuehuete (taxodium mucronatum), árbol nacional, tiene en Valle un ejemplar histórico, verdadero monumento arbóreo, en la Pila Seca. Se cuenta que bajo su sombra se ofició misa en 1531, por lo cual podemos deducir que tiene alrededor de 500 años.
La tronadora (Tecoma Stans) con su floración amarilla dos veces al año, se desarrolla en forma silvestre, lo mismo que los guajes (leucaena sculenta). La piñanona (Monstera deliciosa) se desarrolla en las zonas umbrosas y húmedas mientras los sotoles (Dasylirion longissimun) crecen entre las rocas de las laderas secas.

Especies arbóreas introducidas

De las especies introducidas al valle no todas han sido afortunadas. En los ’50 se plantaron casuarinas (cassuarina equisetifolia)  introducidas desde Australia y que son de utilidad para estacionar dunas o médanos, lo que evidentemente no era una necesidad en Valle de Bravo. Las encontramos cerca del centro de oración Maranathá plantadas a lo largo de las carreteras.
A partir de los ’80 se pusieron de moda los ficus (Ficus benjamina) especie de la India muy apreciada porque es perennifolia. En todo el Estado de México existe la idea de que la hojas que caen al suelo de las especies caducifolias son basura. Lo cierto es que esa hojarasca es el alimento del árbol para la próxima temporada y es maná que cae de las copas. Pero los funcionarios públicos consultan con su personal de limpia y escogen entonces especies que no tiran la hoja. Los jardineros no barren pero se entretienen en recortar las copas en formas caprichosas. Ejemplo de esta práctica doméstica de la técnica topiaria la tenemos en el ficus que está a la entrada de la casa de artesanías de Valle de Bravo, que ha llegado a tener forma de cara humana, con huecos en los ojos y en la boca.

Pero no todas las especies introducidas han sido desacertadas. El tulipán africano (Spathodea campanulata) traído por Miguel Ángel de Quevedo en época del General Cárdenas se ha adaptado a la región y da vida y color a la plaza principal de Valle en noviembre.

 



                                         Tulipán africano en noviembre

Los hules(ficus elástica) se desarrollan enormes en Valle de Bravo, frente a la Capitanía de Puerto podemos verlos cubriendo el edificio de la Protectora de Bosques y la Casa de la Cultura. El más bonito y característico se encontraba en una esquina de la plaza del pueblo, hasta que un presidente municipal mandó talarlo, de noche, con motosierra y música estridente para acallar el atropello. 
Debemos darles cartas de naturalización también a las jacarandas (Jacaranda Mimosifolia) que alegran las primaveras y florecen en plena sequía, poco antes de la temporada de lluvias y a las patas de vaca (Bauhinia monandra) que podemos ver en el jardín de Valle.

Flores nativas

Los patios, jardines y bardas cuajadas de flores de intensos colores son características de Valle de Bravo.  La lantana ( Lantana camara) y los jazmines (Philadelphus mexicanus) no se cansan de florear todo el año al rayo del sol.
La flor de Nochebuena (Euphorbia pulcherrima) se desarrolla con bastante naturalidad en invierno, aunque requiere riego.

acahuales en octubre

Flores introducidas

De entre la gran variedad de flores que alegran los jardines y patios vallesanos sin ser mexicanas, tenemos los multicolores aretillos (Fucsia hybrida), los tulipanes (Hibiscus rosasinensis) y los geranios (Pelargonium peltatum). Pero la más conocida de todas las flores que coronan las bardas vallesanas es la bugambilea (bougambillea glabra), tan alegre como Brasil, su país de origen.

 La Magia
Toda la magia vallesana proviene de ese espejo en el que se mira coqueta la vida de pueblo. El espejo del lago que da charoles de brillo y de serenidad según pasan las horas del día. El espejo de agua que es símbolo de vida y de belleza duplicada, en esa luna imperfecta que es cero y  horizonte de un paisaje poderoso, palpitante y colorido. Paisaje vallesano.