domingo, 15 de agosto de 2010

río Lerma


MI OFRENDA PARA EL ALTO LERMA
Publicado en CAMBIO en Mayo de 2007


El paisaje lacustre que da origen al río Lerma está deteriorado por el manejo inadecuado del agua que brota en el único ojo de agua que aún existe de los originales nueve manatiales que dieron nombre a la laguna del Chignahuapan. Aún hoy tulares y pájaros pueblan las limpias aguas donde nace el Lerma; sin embargo, en la margen oriente de la laguna fue construida una fosa de sedimentación en 1994, a donde llegan las aguas negras de Almoloya del Río. El perfume es nauseabundo y echa a perder el magnífico paisaje palustre.
Aguas negras en las nacientes del Lerma.

Es evidente que la valoración del paisaje tiene sin cuidado a los técnicos de la Comisión Nacional del Agua, autora de varias de estas fosas pestilentes en las márgenes de la laguna. El tratamiento de aguas negras debe llevarse a cabo de manera discreta, sin importunar las áreas limpias ni las habitacionales. Es indeseable el espectáculo maloliente que dan las fosas en un sitio histórico, cuna de la cultura matlatzinca y del río Lerma.

Es inadecuado también el manejo que se hace, río abajo, de las márgenes paralelas. El río no era un canal como el que vemos ahora. El Lerma, como todos los ríos, tenía árboles en sus riveras, lo que se conoce con el nombre de bosques de galera de ahuejotes y ahuehuetes. En la temporada de lluvias sus márgenes se dilataban y cubrían los llanos que rodean a San Pedro Tultepec (que era una isla), a San Mateo Atenco y a Lerma, ciudad que tenía un puente levadizo al oriente y el puente carmelita al poniente. Con el estiaje las aguas volvían a su curso.
Vista idílica del río como aún se aprecia en San Mateo Atenco.
Los bordos actuales.

La tendencia actual ha sido dragar en línea recta el cause del río y colocar los sedimentos en ambas márgenes. Esta práctica, que lleva años, ha provocado que el agua de lluvia no pueda alcanzar el río y se quede estancada en las milpas, produciendo el pestilente olor característico de la zona y exacerbando los problemas de inundaciones. La cota mínima del valle la da el nivel del río, sin embargo, este gran drenaje natural no funciona porque tiene elevadas y compactadas monolíticamente sus márgenes .

Es inadecuado también el modo indiferente con que se trata al monumento histórico del siglo XVII que cruza el cauce. Construido por los Carmelitas en 1613, el puente de tres arcos es una bella muestra de ingeniería civil colonial y merece que su entorno sea limpiado y jardinado, ya que constituye una proeza del ingenio humano hacer con belleza una obra duradera como pocas que aun hoy brinda sus servicios estoicamente.

La riqueza del sitio.
Potencialmente, el alto Lerma es una zona que puede brindar riqueza a sus habitantes y belleza a los que cruzamos constantemente su cauce. La gente podrá seguir viviendo en la zona sin sufrir inundaciones. Xochimilco es el ejemplo a seguir. Se puede convivir con el agua si se es inteligente como lo fueron los nahoas que conviertieron el lago de Texcoco en una zona chinampera.

La elevación de la tierra que se draga del fondo del río debe convertirse en una sucesión de chinampas, con alta productividad hortícola. Entre ellas habrá canales que serán navegables en época de lluvias y por donde podrán pasearse los turistas en trajineras. Los ahuejotes se plantarán en las orillas de las chinampas y las flores se venderán a los paseantes.

Los filtros
Cada tanto, a lo largo del río, el agua será filtrada a por medio de cuatro redes cruzadas de orilla a orilla que atraparán la basura primero y que servirán para contener plantaciones de otates, tules y lirios. Estas plantas se nutren con los desechos orgánicos y dejan pasar el agua bastante mas limpia. Su crecimiento será tal, que recogidas constantemente, servirán como abundante forraje. Estas ecotécnicas son baratas y se ven bien, no dan mal olor y requieren por supuesto de personal encargado de mantenerlas en buen estado, es decir, no sólo son útiles sino que darán trabajo a los lugareños.
También de tanto en tanto habrá puentes de madera, que permitirán caminar por entre la zona de los canales y que se elevarán graciosamente para permitir el paso a las trajineras y que serán un paseo ideal para la gente de la zona industrial, un remanso donde ir a tomar el almuerzo a cielo abierto, un recorrido alegre y relajante.

La belleza
En estética se sostiene que la belleza reside en el observador. El paisaje lacustre podrá volver a su belleza original, única, sabiendo encontrar la belleza de laguna y con sólo seguir estas simples recomendaciones paisajísticas. Con chinampas productivas, preciosos embarcaderos, paseos en trajineras, ramos de flores en venta, sombra de árboles frondosos, puentes y miradores desde donde contemplar a los patos y las garzas, la belleza habrá regresado a este paraíso en el altiplano.

Como todo este sano trabajo es poco costoso, no atraerá lamentablemente la atención de los contratistas, ésos que les hablan al oído a los políticos. Deberá ser alguna organización civil la que nade a contracorriente del señor Don Dinero y lleve a cabo esta ofrenda que aquí exhibo. No, nada más barato que trabajar con y no contra la naturaleza, nada más fácil y más ético que poner en práctica lo que los mexica hicieron en el Anáhuac. Xochimilco es un ejemplo, es un libro abierto, es patrimonio cultural de la humanidad y es un mundo mágico, generoso y fundamentalmente hermoso, un convivio entre el cielo y la riqueza de la tierra que puede materializarse en el matlatzinco.

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