domingo, 15 de agosto de 2010

reapertura de calles


CUATRO CALLES PARA TOLUCA

Publicado en CAMBIO de Noviembre 2007

Muchos nuevos proyectos se tienen contemplados para Toluca. Esperemos que ayuden a que la ciudad recupere su antigua dignidad, para lo cual su traza vial debe volver a parecerse a lo que fue, es decir, debe recobrar la lógica. En la actualidad las calles de Toluca no tienen lógica: dar una vuelta manzana es imposible en el centro. El sentido de circulación de las calles va de dos en dos: Instituto Literario y Morelos para el oriente; Hidalgo y Lerdo para el poniente. De norte a sur sólo hay dos calles y muy distantes entre sí: Bravo y Pino Suárez. Con una estructura tal, sólo los cuellos de botella gozan de cabal salud y todos los caminos conducen a ellos. Los de fuera, desconcertados, no entienden los trenecitos de autobuses que caracterizan a Toluca.
Me parece entonces oportuno tratar de solucionar este estado de inoperancia vial para que cuando se lleven a cabo las obras del centro, funcionen bien para todos.

El movimiento vehicular ordenado es deseable en los centros urbanos, dan vida y activan la economía de las ciudades. Cuantas más calles transitables haya, con autos estacionados en uno de sus lados, menos necesidad habrá de tener estacionamientos. La convivencia entre peatones y vehículos es necesaria, ya que los extremos excluyentes han dado malos resultados. Por un lado las vialidades rápidas son inhumanas (pensemos en Avenida Lerdo frente a Palacio, ancha y de tráfico rápido, peligroso para el transeúnte) y las vialidades enteramente peatonales como Juárez frente al Cosmovitral, son usufructuadas por ambulantes que demeritan lo mejor del centro de la ciudad.

Por eso es tan importante 1 reabrir la vialidad frente al Cosmovitral que está hoy por hoy convertida en un tianguis de comida. Por eso es tan importante 2 volver a abrir la calle de 5 de Febrero frente al Teatro Morelos que está convertida en un estacionamiento gratuito para el personal del Palacio de Justicia. 3 Partir en dos la Plaza Ángel María Garibay para dejar pasar el tráfico hacia el norte de la ciudad , Juárez Norte volverá a la vida, su valor inmobiliario inmediatamente aumentará y sus casonas Art Decó volverán a ocuparse. 4 La Plaza de los Mártires puede llegar a ser enteramente circunvalada, haciendo de doble sentido la Av. Lerdo y abriendo una calle elegante de ancha banqueta frente a la Legislatura.

Es importante señalar que estas cuatro propuestas de reapertura de calles no sólo son baratas de llevarse a cabo, sino que si no funcionaran, serían fácilmente revertibles, porque no requieren demoliciones en absoluto (ya todo fue demolido en el centro en los 70s).

Curiosamente el centro de la ciudad de Toluca tiene muchos espacios públicos pero, la ciudad no se camina; sus banquetas son estrechas y los autobuses omnipresentes hacen desagradable un paseo deambulatorio. La ciudad también tiene muchos espacios vacíos que impiden el paso vehicular, a algunos se los llama plazas sin serlo. Nadie conoce por su nombre la plaza Ángel María Garibay, porque nadie la usa, porque fue abierta sobre la demolición de dos manzanas completas, porque no tiene portales ni alma. Por eso debe ser atravesada por la calle del Carmen que nos conduzca al barrio de Santa Bárbara y nos permita contemplar la fachada del templo frontalmente.

Un hueco, al que se le debe devolver la dignidad, es el espacio hundido que se halla frente a la Casa de Cultura. Son ya muchos años de abandono e indiferencia ante tal adefesio. No es sano convivir con la destrucción y la fealdad de ese predio que queda nada menos que camino a la Alameda.

Por otro lado, no puede uno llegar y bajarse de un vehículo en el Cosmovitral ni tampoco frente al Teatro Morelos. Está mal que estos dos centros de cultura no tengan accesos vehiculares y estén condenados al ostracismo. Una mal entendida peatonalización del centro de Toluca llevada a cabo hace 30 años la ha convertido en una ciudad moribunda porque sólo se pueden peatonalizar las zonas consolidadas comercialmente. Si por el contrario se cierran calles a los vehículos y no se introduce un sistema compensatorio eficiente de transporte subterráneo, sobreviene la gangrena. Eso ocurrió en Toluca y entonces sectores enteros del norte de la ciudad son hoy barrios fantasmas, con casas abandonadas, venidas abajo.

Volver a integrar los barrios cercenados es una tarea de cirujano plástico que le devolverá al paciente (en este caso la ciudad con su gente) la confianza en sí misma y la competitividad que perdió hace 30 años.

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