lunes, 16 de agosto de 2010

Jardines de lluvia


AGUAJES (paisajes de agua)


Publicado en CAMBIO de Octubre 2009

De país deriva la palabra paisaje. País es una palabra antigua, paese en italiano, payx en francés, país en portugués. Unido a la terminación age, forma paisaje, es decir, la forma artística del país. Los ingleses hablan de Landscape, formado por la palabra tierra, land y se usa cuando se hace una representación de una tierra adentro.
Conforme nos adentramos en el siglo XXI se comienza a hablar de Waterscapes, es decir, de paisajes de agua o aguajes, si se me permite acuñar el término. Convivir con el agua como en Amsterdam o Brujas debe ser motivo de reflexión. En estos valles del altiplano mexicano Xochimilco nos muestra el camino.
La estética del agua en reposo, los espejos de agua, el pájaro que vuela bajo y se refleja hasta posarse en el tule, la garza que canta al anochecer sobre los jahueles, son imágenes de paz, silencio y salud de este territorio lacustre. Sin embargo San Mateo Atenco se inunda con las aguas negras de la mancha urbana.
El problema es serio y la solución está a nuestro alcance mediante simples sistemas de manejo del agua de lluvia. Veamos: el asunto es no mandar el agua de lluvia al drenaje, el asunto es captarla artísticamente antes de que se mezcle y sature los drenajes. Los jardines de lluvia tienen ese objetivo claro: consisten en recibir el agua del chaparrón en un lago temporal y de infiltrar esa agua al suelo. El aspecto de un jardín de lluvia es el de una ligera depresión con vegetación silvestre, pastos, acahuales, cosmos y tules. Debajo habrá un pocito de absorción relleno de piedras, gravas y arena.
Estos laguitos temporales atajan las inundaciones en los prados. A lo largo de las carreteras por otro lado, se deben hacer trincheras de infiltración para que el agua que se desliza rápidamente por las cintas asfaltadas se suma en ellas, se infiltre y no inunde causando accidentes. Las trincheras de infiltración no son costosas, salvan vidas al evitar accidentes producidos por los encharcamientos y garantizan una buena conservación de la infraestructura carretera.
Para evitar inundaciones súbitas como las que padecemos cada vez con mayor frecuencia, conviene colocar toneles en las bajadas de agua de las azoteas. Estos tambos funcionan como rompedores de picos, es decir, almacenan agua que luego de la tormenta podemos dejar correr, sin inundar. Todo es cuestión de convivir con el agua, perderle el miedo, gozar su presencia en lugar de evitarla, porque andar el agua por un tubo es la peor manera de atacar el cambio climático, es colaborar con el desastre, no con la solución.
Jardines de lluvia, trincheras de infiltración, pozos de absorción y toneles rompe picos son opciones económicas y paisajísticas, que ayudan a vivir mejor, a evitar inundaciones y a convivir con la belleza del paisaje lacustre. Al fin, aguajes.

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